
Entrevista YoDona
Sopla las velas y pide un deseo. El de Lara Guerrero fue convertir las tartas que hacía su madre, Pepa, en un negocio superventas. Y lo ha conseguido en apenas un par de años, a pesar de los problemas añadidos que ha supuesto la pandemia. Lo que surgió en 2019 como una idea osada durante el cumpleaños de su pareja, Carlos, cuando las 40 personas invitadas a la fiesta cayeron rendidas ante las tartas que había preparado Pepa en su cocina se ha convertido hoy día en una empresa que vende 2.000 tartas al mes, las de mamá, emplea a más de 20 personas y no para de crecer.
«Las tartas de aquella fiesta fueron un éxito y todos comenzaron a pedirle a mi madre que les hiciera alguna para el domingo. Así que a mí se me encendió la bombilla. ‘Vamos a montar una empresa de tartas’, le dije a mi madre», recuerda Lara. Ella, que acababa de terminar dos carreras, Derecho y ADE, no sabía muy bien por dónde tirar, pero tuvo claro que aquel era el negocio. «Mi padre puso algún reparo. ‘¿Con las que hay?’, me preguntaba. Pero yo estaba convencida: hay muchas, sí, pero no tan buenas», explica.